Nuestra intención era subir un vídeo del evento pero nos falló la técnica. Afortunadamente, tenemos los textos que fueron leídos durante la presentación. Pudimos salvar parte del vídeo de la intervención de Fernando Castro Flórez. SOBRE LA INSUMISIÓN DE LOS ASNOS Fernando Baena El libro que presentamos hoy lleva por título Asnología y está compuesto por los textos coleccionados durante el desarrollo del proyecto artístico del mismo nombre. Como en otros proyectos realizados en solitario o en colaboración, como Explorando Usera, La Raya, Aperitivo o Esto es lo verdadero, un libro viene a ser, a la vez, documentación, complemento y corolario del proceso. El proyecto Asnología fue planteado como un trabajo colaborativo que, partiendo de un pequeño grupo de amigos, Anna Gimein, Rafael Suárez, Marianela León y yo mismo, pudiera abrirse a un grupo mayor de personas afines. El objetivo era realizar una deriva artística a partir de la figura del burro utilizando sus cualidades físicas, comportamentales, históricas y culturales como un cristal metafórico a través del cual mirar la situación actual del artista precario dentro de un contexto general caracterizado por el trabajo esclavizante. Esa deriva debería establecer una conexión entre el asno, la obra artística, el artista y el público, tratar las relaciones de poder dentro y fuera del mundo del arte y, en general, situar la práctica del arte en relación con valores actualmente desatendidos como la bondad, la paciencia o el esfuerzo, todos ellos, por supuesto, también propios del asno. Como es evidente, proponía una relación de trabajo entre los participantes basada en la colaboración y no en la imposición o el dominio. Al grupo inicial se fueron sumando otros amigos que ampliaron y enriquecieron el enfoque inicial del proyecto. Así, el libro que presentamos contiene textos míos y de Jaime Aledo, Anna Gimein, Andrés Senra, Emilio Jurado, Eliseo García Nieto, Isidro López-Aparicio, Ignacio Castro, Fernando Castro Flórez, Marta Pérez Ibáñez, Rafael Lamata, Gloria G. Durán, Nieves Correa y Mar Núñez, procedentes, en parte, del Primer Congreso Internacional de Asnología celebrado en el Polígono Industrial de Vallecas el 16 de junio de 2018. Junto al libro que presentamos, la acción del I Congreso Internacional de Asnología (una propuesta de Rafael Suárez, quien se ocupó asimismo del diseño y realización del “paso”, desde el cual disertaban los ponentes, y de la dirección del evento) y los cuatro vídeos (con colaboraciones destacadas de Marianela León y Emilio Jurado, que pueden verse en la página web del proyecto) son los “productos” resultantes de una Ayuda a la Creación del Ayuntamiento de Madrid. Las imágenes que ilustran el desarrollo del Congreso son de Anna Gimein, Sami Khalaf y Mario Gutierrez Cru. En el libro hay imágenes de otros autores (y alguna mía) debidamente reseñadas, espero. Quiero agradecer especialmente la colaboración de Mondelo Press, que nos ha cedido el uso de dos fotos especialmente significativas, y la de todos los porteadores del “paso”. El libro comienza con dos escritos míos que introducen el proyecto y sitúan el tema de “la carga” dentro del contexto de la historia del arte; el texto de Jaime Aledo es una invectiva contra los premios y distinciones artísticas; Anna Gimein, en sus diferentes textos, nos habla del ronzal como mecanismo de transmisión de órdenes y conducción, de la actitud insumisa del accionista ruso Piotr Pavlensky, de la carga de las mujeres en el contexto del accionismo artístico, del desarrollo del proyecto Asnología, y de su propia trayectoria profesional hasta terminar siendo asnóloga; Andrés Senra trata de la supervivencia del artista precario en un contexto de obediencia, resistencia y Prozac; Emilio Jurado establece paralelismos entre burros y artistas, incluido el aparente carácter obsoleto de ambos; Eliseo García Nieto nos describe a todos como “bestias rotas” en un entorno nacional fracturado, animales a los que un cruel proceso de doma ha quitado toda voluntad propia; Isidro López-Aparicio nos recuerda que el artista no puede hacer arte mientras su función esté sometida a la productividad del sistema y no sea más que un esclavo del poder; Ignacio Castro nos sitúa en el contexto actual donde el mal es banal, donde nadie parece responsable de la mediocre vida que vivimos entre corrupción y pantallas planas; Marta Pérez Ibáñez elogia la vocación artística en tiempos precarios al tiempo que reivindica el papel entusiasta de las mujeres; Rafael Lamata nos muestra humorísticamente las penurias del artista experimental y sus reivindicaciones; Gloria G. Durán relaciona la película Al azar de Baltasar de Bresson con experiencias personales en las que un asno desconocido acaba haciendo el mismo papel que el de la historia mitológica de Vesta, el cual, con sus rebuznos, salva a la diosa de ser violada por Príapo; Nieves Correa comenta el mito según el cual un asno es el responsable de que el elixir de la eterna juventud regalado por Zeus a los hombres nunca llegara a sus destinatarios; y Mar Núñez añora el tiempo cuando éramos burrxs, pero enteros. He dejado para el final referirme a Fernando Castro, porque en la ponencia que dio en el Polígono Industrial de Vallecas estuvo clarividente. Dijo textualmente: Para el Segundo Congreso de Asnología hay que seguir los preceptos de cómo hacer amigos y cómo influir sobre las personas. Envuelto en el ajetreo organizativo de aquel momento, no tuve tiempo de pensar sobre el significado de estas palabras. Días después, mientras hilvanaba esta presentación, he releído el Discurso sobre la servidumbre voluntaria de Etienne de La Boétie. El Discurso no está destinado a todos, sino a los “amigos”. En su texto, La Boétie se pregunta ¿por qué, si la naturaleza nos ha creado a todos como compañeros, estamos sometidos a servidumbre, ¿por qué hay servidumbre voluntaria en lugar de amistad? Ningún animal se presta a servir al hombre sin una gran resistencia al sometimiento, sin embargo, en el hombre sí parece existir un deseo y una voluntad de servidumbre. La Boétie nos muestra que la dominación de unos sobre otros depende del deseo de cada uno de identificarse con el tirano, con el come-hombres. La hez del reino son esos pequeños tiranos que desean propiedad y autoridad, ladrones y corsarios que, con tal de medrar y llevarse parte del botín, sacrifican su paz y su libertad ante un tirano mayor. En el último escalón, labradores y artesanos, que sufren todas las tiranías son, sin embargo, más afortunados y libres que ellos, pues quedan en paces haciendo lo que se les dice. Me gustaría traerles a la memoria algunas imágenes como la de Saturno devorando a sus hijos o las de varios de los grabados de los Desastres de la guerra de Goya que, en una ordenación muy razonable, nos conducen desde la violencia y la crueldad de todos, hasta la rapacidad de políticos corruptos y eclesiásticos voraces, para terminar concluyendo que lo propicio a la paz y lo único verdadero es el trabajo honrado y directo, alejado de especulaciones y mediaciones. Dice La Boétie: “Son cuatro o cinco los que sostienen al tirano, cuatro o cinco los que imponen por él la servidumbre en toda la nación… Estos seis tienen a seiscientos hombres bajo su poder, a los que manipulan y a quienes corrompen como han corrompido al tirano. Estos seiscientos tienen bajo su poder a seis mil, a quienes sitúan en cargos de cierta importancia… Extensa es la serie de aquéllos que siguen a éstos. El que quiera entretenerse devanando esta red, verá que no son seis mil, sino cien mil, millones los que tienen sujeto al tirano y los que conforman entre ellos una cadena ininterrumpida que se remonta hasta él”. Más adelante reconoce que, entre toda esa masa envilecida, hay algunos que jamás se someten: “Pero, siempre aparecen algunos, más orgullosos y más inspirados que otros, quienes sienten el peso del yugo y no pueden evitar sacudírselo, quienes jamás se dejan domesticar… Son los que, al tener de por sí la mente bien estructurada, se han cuidado de pulirla mediante el estudio y el saber. Éstos, aun cuando la libertad se hubiese perdido irremediablemente, la imaginarían, la sentirían en su espíritu, hasta gozarían de ella y seguirían odiando la servidumbre por más y mejor que se la encubriera”. Así, existen dos formas de sociedad, una en la que la relación entre los hombres es la de “conspiración” pues cuando se juntan los malos, siempre hay conspiraciones, jamás una asociación amistosa. No se aman, se temen: no son amigos, sino cómplices; y la otra en la que relación es de “compañerismo”. El principio de la dominación excluye la amistad porque ésta“no se da sino entre gentes de bien que se estiman mutuamente, no se mantiene tan sólo mediante favores, sino también mediante la lealtad y una vida virtuosa. Lo que hace que un amigo esté seguro del otro es el conocimiento de su integridad. Tiene como garantía de ello la naturaleza de su carácter amable, su confianza y su constancia. No puede haber amistad donde hay crueldad, deslealtad, injusticia”. Los “amigos”, al no formar grupos en busca del poder, como los cómplices, están en el bando de los dominados, como todos nosotros. Pero todos somos, en principio colaboradores con la tiranía. Sólo la renuncia a los bienes y al poder separa absolutamente a los “amigos” de los aspirantes a la dominación. Amabilidad, confianza, constancia. Esto es lo que, diría yo, iguala a los “amigos” con los auténticos asnos, pues así son ellos. Y me alegro de este hallazgo porque me reafirma en aquello que pensé al iniciar este proyecto, que no se trata de situarse arriba ni debajo, sino de caminar “junto al asno”, no delante” ni detrás de él. DE ASNOS Y HOMBRES Anna Gimein El libro Asnología contiene una parte no mencionada por Fernando, creo que por su modestia asnina. Es un poema escrito por él al artista Pyotr Pavlensky, quién actualmente está en París a la espera de juicio, tras pasar casi un año en prisión preventiva por haber incendiado las ventanas del Banco de Francia en su séptima y más reciente acción. El poema de Fernando se titula Hombría de Petr, y, aunque conozco el texto desde hace meses, cuando fue escrito, últimamente ese título me ha llamado la atención. Me preocupa el destino de la palabra hombría. Dado el clima actual y la revisión, en los distintos idiomas, del uso de muchos términos asociados al género, me parece que ha caído en desuso, que puede estar mal vista por su asociación exclusivamente con la palabra para designar al hombre y su naturaleza (que no a la mujer). La versión online de la RAE la define como “cualidad de hombre”, y también “cualidad buena y destacada de hombre, especialmente la entereza o el valor”. El diccionario online wordreference.com presenta los sinónimos valentía, valor, energía, fortaleza, entereza, así como integridad, honradez, decencia, honorabilidad. Pero también masculinidad, virilidad. El antónimo que se cita es solo uno: femineidad (o feminidad). Ahí residiría el problema, y quizás el motivo de caer en desuso. ¿La integridad, honradez y decencia, la honorabilidad, así como la valentía y la fortaleza, son aspectos exclusivamente masculinos? Claro que no, lo saben todos los asnos. Y son estos sentidos los que han llevado a Fernando a comenzar el título de su poema con la palabra. ¿Sería lo mismo haberlo titulado “valentía de Pyotr” o “entereza de Pyotr”? Podría pensarse que sí, pero no del todo. Porque Pyotr es un hombre. ¿Importa eso? En el sentido literal, quizás no. También hay mujeres valientes, mujeres artistas, mujeres accionistas. Pero también está el sentido literario. La palabra “hombre” ha sido utilizada durante siglos en muchos idiomas no sólo para indicar el género de algunos animales, sino para referirse a toda la raza. Quizás hoy esto nos parezca un error. Hoy, los asnólogos usamos la breve palabra “asno”. Pero muchxs proponen utilizar palabras que suenan peor fonéticamente, y hacen que nuestras frases suenen peor en cuanto a su ritmo: personas, humanidad, humanos, o seres humanos. Las editoras y los editores corrigen la palabra “hombre” por estas otras, primando lo políticamente correcto sobre lo estilístico, y a veces incluso sobre el sentido o el contenido. A mí me ha pasado recientemente con un texto precisamente de Pyotr Pavlensky que pretendía publicar. De hecho, el texto es mi traducción de un texto de Pavlensky escrito como resultado de un tema que surgió en nuestra correspondencia. En un comentario propio en el que enmarco su texto, me atreví a decir algo sobre sus palabras que, “como el artista y como el hombre, […] contienen dosis de dureza y amor”. Como parte de muchas correcciones, la palabra “hombre” fue sustituida por “ser humano”. A pesar del hecho que Pyotr es un hombre, tanto en el sentido “antiguo” de la palabra que habla de la raza humana, como en el sentido de género. ¿Me refería yo a la raza, a la especie? Quizás. Pero también me refería a eso de lo que habla Fernando en su poema, a su “hombría”, en todos sus sentidos: la honradez, la decencia, la valentía, la fortaleza, incluida toda su masculinidad o virilidad. La hombría de este artista es tal que, como sabe casi todo el mundo, se ha clavado las partes viriles a los adoquines de la Plaza Roja. Documentado en fotos y vídeo. Así que, aunque no es el sentido artístico de la acción, cualquiera ha podido y puede comprobar que es hombre. Varón. No todos entienden los motivos y los precedentes de esa acción; de eso, hay que hablar aparte. Pero resulta que cuando pienso en Pavlensky, siempre me viene a la cabeza el título de un libro de Primo Levi, Si esto es un hombre. Primo Levi es una de las personas que ha pensado mucho en las cualidades que encierra la palabra “hombre” y el animal al que refiere; tanto que terminó por acabar con su vida. Era su elección, quizás no tuvo otra. Pyotr Pavlensky hace lo que hace, aceptando las consecuencias de sus acciones; también es su elección. Y también lo hace pensando en las cualidades de esos seres humanos que antes llamábamos “hombres”. No estoy dispuesta a eliminar la palabra, ni de mi texto ni de mi vida, como no estoy dispuesta a eliminar a estos dos hombres de mi cabeza. Para mí, y creo que para Fernando, como asnólogos, Pavlensky es quizás el asno emblemático de todos los artistas. Hace poco intenté explicárselo en ruso en una carta. Aunque no es la que más nos importa como asnólogos, una de las características más conocidas de la raza de los asnos es su virilidad. Debido a ella, aun se los valora en ganadería. También debido a ella, existen tristes espectáculos pornográficos y la expresión inglesa que les da su nombre, “donkey show”, que consiguen denigrar dos especies animales a la vez. Pero los asnólogos no definimos al artista, ni al asno, por características similares, apelamos a otros rasgos distintivos que nos importan en estos animales. Son la base del proyecto y del libro Asnología, en el que bastantes personas honorables, hombres y mujeres, dedicaron sus pensamientos y energías. Uno de los textos incluidos en Asnología, de Emilio Jurado, habla de la noción de obsolescencia; fue la base de uno de los vídeos que realizó Fernando dentro del proyecto. La obsolescencia también afecta a nuestro lenguaje, a las palabras. Y mucho me temo que es el destino de la palabra “hombría” que Fernando intentó salvar con su poema, no sé hasta qué punto conscientemente. Como asnóloga, he comenzado a amar a los asnos. Como ser humano, e incluso como mujer, siempre he amado a los hombres. No creo que esto vaya en detrimento de las mujeres. Me viene a la cabeza el título de una película de Truffaut, El hombre que amaba a las mujeres. ¿Se imaginan el título editado para hoy si fuésemos a aplicar la misma regla de eliminar el género a la palabra “mujer”? Sí, tendría que llamarse El ser humano que amaba a los seres humanos. Creo que no sería de Truffaut. Y no sé si muchos harían cola para verla. Damas y caballeros, dicho así a lo viejuno: la palabra “hombre” no tiene nada de malo. Las palabras evidencian nuestras actitudes, incluso las malas y hasta las malvadas, pero ellas no tienen la culpa. Como mujer, me gustaría mucho ser “viril”. Con eso quiero decir el equivalente para mujer de ser viril. ¿Existe eso? Me parece que sólo existe la palabra “feminidad”, absolutamente inadecuada en el sentido que me interesa. Me gusta mucho ser femenina, pero también quiero ser viril, en el sentido de estar llena de vida, con todo que conlleva. Y la palabra “feminidad”, resulta que no expresa esto sin mezclar allí dentro un montón de cosas que sobran. Y eso se debe al uso que se le ha dado durante tantos siglos. Quizás más que eliminar palabras de nuestro uso, deberíamos pensar más en lo que decimos. Deberíamos ser más valientes en lo que decimos, más toreros y más gitanos. Quizás sea otra tarea para los asnólogos...
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Jueves, 11 de octubre de 2018, 19 h. Librería La Central del Museo Reina Sofía.
La presentación del libro correrá a cargo de Fernando Baena, Anna Gimein, Fernando Castro Flórez e Isidro López Aparicio. El libro contiene textos de Fernando Baena, Jaime Aledo, Anna Gimein, Andrés Senra, Emilio Jurado, Eliseo García Nieto, Isidro López-Aparicio, Ignacio Castro, Fernando Castro Flórez, Marta Pérez Ibáñez, Rafael Lamata, Gloria G. Durán, Nieves Correa y Mar Núñez, procedentes, en gran parte, del Primer Congreso Internacional de Asnología, celebrado en el Polígono Industrial de Vallecas el 16 de junio de 2018. El PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL DE ASNOLOGÍA se celebrará el día 29 de junio de 2018 en el Polígono Industrial de Vallecas. Comenzará puntualmente a las 20:30 en la confluencia del Camino de Hormigueras y la calle González Dávila. (A 18 minutos andando desde el metro Sierra de Guadalupe, línea 1). La finalidad del Congreso es dar a conocer las últimas investigaciones relacionadas con la figura del asno como metáfora del artista precario, del trabajo esclavizante, de la resistencia... En esta primera edición, se ha elegido el lema Te sodomizará un burro, una antigua maldición egipcia con la que se pretendía disuadir a los saqueadores de tumbas. Pensamos que también puede ser aplicable a los actuales saqueadores del arte. PONENTES: José Luis Corazón Ardura, Eliseo García Nieto, Emilio Jurado, Marta Pérez Ibáñez, Rafael Lamata, Anna Gimein, Mar Núñez, Gloria G. Durán, Nieves Correa, Daniel Lesmes, Ignacio Castro, Fernando Castro Flórez e Isidro López-Aparicio. ORGANIZACIÓN: Seminario de Asnología: Fernando Baena, Anna Gimein, Rafael Suárez y Marianela León.
El 6 de junio a las 21:00 estrenaremos en Cruce (Doctor Fourquet, 5. Madrid) el vídeo Por boca de asno de Fernando Baena y Marianela León y otros dos vídeos, Hechizo y Juegos, realizados dentro del proyecto Asnología,
El PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL DE ASNOLOGÍA se celebrará el día 29 de junio de 2018 en el Polígono Industrial de Vallecas. Su finalidad es dar a conocer a los amantes del arte las últimas investigaciones relacionadas con la figura del asno como metáfora del artista precario, de la resignada aceptación del trabajo esclavizante, del carácter pacífico y la resistencia pasiva... Está organizado por el Seminario de Asnología, un proyecto de Fernando Baena que cuenta con el apoyo del programa de ayudas a la creación del Ayuntamiento de Madrid.
En esta primera edición, se ha elegido el lema Te sodomizará un burro. Como es sabido, ésta es una antigua maldición egipcia con la que se pretendía disuadir a los saqueadores de tumbas. Lástima que por entonces casi nadie supiera leer. Pensamos que esta maldición puede ser también aplicable a los actuales saqueadores del arte. Este PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL DE ASNOLOGÍA (pendiente aún de solicitar reconocimiento de Interés Artístico) consta de un Comité Científico y Organizador formado por los artistas Fernando Baena, Anna Gimein, Rafael Suárez y Marianela León, un programa de ponencias que se hará público oportunamente y una sección para comunicaciones improvisadas; todo ello bajo unos rigurosos criterios de calidad. Las ponencias tendrán una duración de entre cinco y diez minutos y serán publicadas en la página web del Seminario de Asnología y en posteriores publicaciones impresas. La inscripción es gratuita. Desde el Seminario de Asnología te invitamos a que te inscribas y participes. El periodo de inscripción y envío de comunicaciones escritas comenzará día 1 de mayo de 2018 y finalizará el 1 de junio de 2018. Ambos trámites pueden ser realizados a través de esta dirección de correo: [email protected] Recordamos que todo trabajo debe ser original (sea lo que sea eso) y que el plagio es delito. ¡Te esperamos! |