Proyecto realizado con el apoyo del programa de ayudas a la creación del Ayuntamiento de Madrid
ASNOLOGÍA
Un proyecto de Fernando Baena. Con la participación de Anna Gimein, Marianela León y Rafael Suárez.
Mutter ich bin dumm. Friedrich Nietzsche
El asno es un animal emblemático, tanto de la ignorancia como de la sabiduría, presente en representaciones plásticas y visuales de todas las épocas. En el proyecto Asnología, nos basaremos en las cualidades físicas, comportamentales, históricas y culturales del asno como elementos retóricos, como un cristal metafórico a través del cual mirar la realidad actual del artista precario.
Así, nos proponemos el trazado de una deriva que establezca una conexión entre este animal, la obra artística, el artista y su público; las relaciones de poder dentro y fuera del mundo del arte; y, en general, de la práctica del arte puesta en relación con valores actualmente desatendidos como la bondad, la paciencia o el esfuerzo, todos ellos, por supuesto, también propios del asno. Proponemos una relación de trabajo entre los participantes basada en la colaboración y no en la imposición o el dominio, como suele suceder.
Inicialmente, el grupo de trabajo está compuesto por Fernando Baena, Anna Gimein, Rafael Suárez y Marianela León. Está abierto a las colaboraciones de todo tipo de personas y especialmente a artistas (visuales, escritores, músicos, bailarines, etc.) y pensadores que quieran participar, ya sea de forma continuada u ocasional. El desarrollo del proyecto así como los vídeos, acciones, danzas, obras objetuales, textos o poesías resultantes será documentado y publicado en el blog de esta página web.
Imagen procedente del libro Hermano Asno de Eliseo García Nieto y Desiderio Mondelo
EXPLOTACIÓN Y PRECARIEDAD ARTÍSTICA
FERNANDO BAENA
Sileno sobre un burro. Mosaico romano. Noheda (Cuenca)
Es el pobre moneda que no corre, conseja de horno, escoria del pueblo, barreduras de la plaza y asno del rico. Guzmán de Alfarache, Mateo Alemán.
Los romanos usaban la palabra “mediastinus” para referirse tanto al burro de carga como al sirviente común, empleado en todo tipo de ocupaciones bajas y rutinarias. Muchas veces el trabajo del artista es un trabajo alienado, por mucho que su labor sea por ahora imprescindible para portar lo sagrado del arte. Según recientes estudios, los ingresos del 85 % de los artistas españoles no alcanza el salario mínimo interprofesional, a pesar de compaginar su trabajo artístico con otros empleos. No es que la industria cultural no reporte ganancias económicas suficientes para todos, es que la distribución de esas ganancias no es nada justa. Y esto es así porque, como en el mercado laboral en general, conservar la precariedad y la mano de obra barata es beneficioso para algunos, ya sea económicamente o/y como mecanismo de sujeción y de control de las ideas. La metáfora que equipara asno y artista precario es el punto de partida del proyecto Asnología. Confesaré que me siento identificado con la figura del asno, con sus cualidades y su manera independiente y pacífica de andar por el mundo. Por otro lado, nunca he renegado de mi condición de artista. Es algo que llevo a gala. Así que, no me siento insultado cuando me llaman burro ni cuando me llaman artista. Los siguientes párrafos están destinados a que la citada equiparación quede un poco más fundamentada, más allá de las anteriores confesiones personales, y a analizar algunas obras que, dentro del campo del arte de acción, pueden relacionarse con este tema.
La huida a Egipto. Fresco románico de la iglesia de Stiepel (construida en 1008)
La figura del asno está vinculada con el tema del vehículo sagrado, presente en el hinduismo, donde cada dios tiene su propio vajana, animal/vehículo/pedestal. Es la montura de los Inmortales chinos y de divinidades griegas como Dionisos o Sileno. Era el animal sagrado del dios Saturno (y de sus hijas Hestia y Deméter). Y, como animal sagrado era sacrificado en los cultos apolíneos, tanto en los de Delfos como en los de los hiperbóreos. También era animal sagrado en las culturas como judía y egipcia. En la egipcia, por ser asimilado al maldito dios Seth (al que hay quien dice que adoraban algunos judíos cristianos, que despectivamente eran llamados en Roma asinarii), el asno fue vilipendiado y sacrificado. Sin embargo, los egipcios veían en las orejas del asno un símbolo de la sabiduría y así fueron adoptadas como signo distintivo del cetro real. Aarón las adoptó también como distintivo sacerdotal judío y de ahí proviene la tiara papal. Para los jueces y reyes de Israel, el asno era asiento de la sabiduría y, según el Antiguo Testamento, llevó sobre sus lomos a Abraham, Moisés y David. Y, según el Nuevo, a la Virgen María y a Jesús. Finalmente, el asno ha devenido en emblema general de la ignorancia.
Grupo escultórico gótico
Theotókos es la denominación de un tipo de representación de la Virgen en el arte bizantino. Ésta aparece sentada en un trono con el Niño Jesús en su regazo –lo que supone un doble trono para el dios. En este modelo se basan la Maiestas Mariae románica y la Maestá gótica. El doble trono se convierte en triple cuando Santa Ana se convierte en trono de la Virgen como en el famoso cuadro de Leonardo da Vinci o cuando el Niño sentado sobre el regazo de su madre sostiene la bola del mundo; y en cuádruple trono cuando estas dos representaciones se combinan como en alguna escultura gótica, o quíntuple, teniendo en cuenta que Santa Ana suele aparecer sentada a su vez sobre un trono.
Entrada de Cristo en Jerusalén. Giotto di Bondone.
Podemos encontrar otro ejemplo iconográfico del doble trono en el tema de la huida a Egipto, un episodio evangélico en el que se identifica a la Sagrada Familia con la suerte de los desfavorecidos por la emigración y la represión política. Los personajes viajan con un burro, siendo éste un doble vehículo pedestal pues lo es de la Virgen que, a su vez, porta al Niño. En este mismo contexto de la huida a Egipto sucede el milagro apócrifo de la palmera en el que ésta se inclina permitiéndoles recoger sus dátiles. En adelante la palma será la recompensa de los justos, apareciendo también sus ramas en la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén montado en una borriquilla.
San Cristobal. Icono bizantino.
También está relacionado con la palmera el gigante Cristóbal, cuyo nombre significa portador de Cristo. Este santo es el patrón de los viajeros por haber cruzado un profundo río con el Niño Jesús -con el peso del mundo- sobre sus hombros ayudándose de una palmera que arrancó para usarla de apoyo. Cristóbal podría ser la cristianización de Caronte (ver también el Rey los Alisos de Goethe –y el de Tournier) y también puede ser relacionado con Atlas (en griego, el portador), el joven titán que acaudilló a los suyos en guerra contra los dioses. Tras la derrota, Zeus castigó a Atlas condenándolo a cargar sobre sus hombros al cielo (a Urano).
Atlas. Guercino
Por su parte, Cristo carga con la cruz y, una vez en el monte Calvario, se invierten los papeles siendo la cruz la que servirá de soporte y vehículo del dios que con su muerte cargaba con los pecados del mundo. Así pues, la cruz, símbolo de ignominia y maldición, como soporte de la divinidad de Cristo, pasaría a ser símbolo sagrado. De igual manera pero a la inversa, la ambivalencia simbólica hizo posible que, a pesar de ser el primer vehículo del dios cristiano, fueran los asnos los que sirvieran de montura ignominiosa a los condenados por la Inquisición.
Condenados por la Inquisición. Eugenio Lucas
La locución latina Asinus portans mysteria, que traducida literalmente significa “el asno que porta una imagen sagrada”, deriva posiblemente de la fábula de Esopo El burro que cargaba con una imagen (seguramente la de Hestia o la de Deméter pues ambas diosas están relacionadas con el burro). La fábula dice:
Un hombre que había cargado a un burro con una imagen lo llevaba a la ciudad. La gente con que se encontraba se arrodillaba a adorar la imagen y el burro interpretó que lo adoraban a él, por lo que rebuznaba orgulloso y ya no quería seguir adelante. Y el arriero, dándose cuenta de lo que ocurría, mientras le pegaba con la vara, le dijo: “¡Qué mala cabeza, solo faltaba que los hombres se arrodillasen a adorar a un burro!”. La fábula muestra que los que se ufanan con los bienes ajenos se exponen a la risa de los que los conocen.
Emblema VII. Alciato. Augsburg. Heinrich Steyner, 1531
La iconografía de esta fábula se remonta a los Emblemas de Alciato. El emblema VII, Non tibi sed religioni, se traduce así:
Un torpe borriquillo portaba una imagen de Isis, llevando en el corvo lomo los venerables misterios. Todo el que se halla a su paso adora con reverencia a la Diosa, y de rodillas le dirige piadosas preces. Pero el asno cree que el honor se le da solo a él mismo y se hincha de soberbia hasta que le dijo el palafrenero, castigándole con unos azotes: “No eres tú el Dios, burrete, sino que llevas a Dios”.
Extraña devoción. Grabado 66 de los Desastres de la guerra de Francisco de Goya
En este mismo emblema se inspiraría Goya para Extraña devoción, su grabado número 66 de la serie de los Desastres. Erasmo, La Fontaine y Samaniego critican en sus versiones literarias a quienes se envanecen de méritos que no les corresponden pero Goya, mediante el título, pone el énfasis en las supersticiones y en quienes confunden lo sacro con las imágenes o, de otro modo, lo sacro con quienes lo portan. En otros grabados de la serie de Los caprichos, Goya había utilizado el asno como símbolo de la ignorancia, pero el grabado 42, Tú que no puedes (título que se completaría con …”llévame a cuestas”), la representación toma tintes más políticos al mostrar a dos personajes llevando a cuestas a sendos burros. Es decir, el pueblo cargando con las clases ociosas. El grabado 67 nos muestra una escena parecida en la que el asno es sustituido en la labor de carga por unos personajes con ropajes anticuados que portan estatuas sagradas. La comparación es directa y las conclusiones evidentes. El número 63, ¡Miren qué graves!, concreta la idea al mostrar al pueblo aún más embrutecido y a los ociosos en figuras alegóricas de religiosos y de gobernantes rapaces.
Tú que no puedes. Grabado 42 de Los Caprichos. Francisco de Goya
El tema de “cargar con un peso” ha sido tratado por artistas del arte de acción como Rafael Suárez, Carlos Llavata, Pepe Espaliú, Nieves Correa y Abel Loureda, Isidro López- Aparicio, Santiago Sierra o María José Machado.
12 válvulas 0’9 CV. Rafael Suárez, 2007-2008
En física, potencia es la cantidad de trabajo efectuado por la unidad de tiempo. Esto es equivalente a la velocidad de cambio de energía en un sistema o al tiempo empleado en realizar un trabajo. La potencia del asno es la característica que le ha hecho imprescindible durante siglos en labores de carga y transporte. Rafael Suárez, para su obra 12 válvulas 0’9 CV se planteó el ejercicio de cargar con un peso equivalente al suyo propio y desplazarse de esta manera una distancia de veinte metros. Se preparó físicamente durante meses con el objetivo de incrementar su potencia y medirla a partir del ejercicio citado. Tratándose de una obra artística, pienso que el peso que carga el artista está simbolizando el propio peso de su arte y que es la potencia de éste lo que se pretende medir y aumentar hasta conseguir la autosuficiencia y la autonomía. La obra plantea, asimismo, una analogía entre la capacidad de trabajo y la potencia sexual, aspecto en el cuál el asno también es famoso.
Pa burro yo. Carlos Llavata, 2015
Carlos Llavata, en su obra Pa burro yo nos ofrece otra muestra sensiblemente “masculina” de cómo el asno, los ejercicios de carga y el trabajo artístico precario están relacionados. El proyecto comenzó de manera azarosa cuando buscando material reciclable susceptible de ser empleado en el festival Intramurs, encontraron una vieja tartana. Esta fue empleada para transportar material del festival siendo, ante los escasos recursos económicos disponibles para producción, arrastrada por el propio artista convertido en animal de carga. Una vez solucionada la necesidad logística, y ante la apasionada demanda del numeroso público: niños, mamás, turistas... la tartana se convirtió en tourist-taxi. El artista, en su papel de burro, gritaba por las calles del centro histórico de Valencia el lema "Wellcome to Europe, this is the future".
Carring. Pepe Espaliú, 1992
En la acción Carrying (1992), obra de Pepe Espaliú, cuya referencia iconográfica al Albañil herido de Goya es evidente, el cuerpo del artista enfermo era trasladado por parejas de asistentes que abandonaban su papel de espectadores para formar una cadena humana y recorrer así el trayecto entre varias instituciones oficiales. Podemos interpretar que el desahuciado, toma el lugar de lo sagrado y los asistentes, en el doble sentido de ayudantes y de gente que estaba allí́, el de burro porteador. En esta última acción, lo importante no sería ya la relación de poder en la que uno soporta a otro sino la compasión, la actitud solidaria y participativa. Aunque en la práctica alguien carga con alguien, simbólicamente ya no se trata de “arriba” o “debajo” sino de “junto a”. Espaliú logró que los espectadores abandonaran este papel y ellos mismos se mostraran, convirtiéndose en sujetos de la acción. Ya no hay, pues, motivo para reírse del asno por sentirse partícipe de lo sagrado. Aquí ya no hay explotación. Si el trabajo se regala voluntariamente ya no es alienante. El artístico, tampoco.
Abel Loureda y Nieves Correa en Historias de Madrid. 2014
En la acción que Nieves Correa y Abel Loureda realizaron para el proyecto Historias de Madrid, Loureda cargaba con Correa durante cuatro kilómetros en un recorrido que iba desde el metro de Bilbao al de Sol. Puesto que ambos son pareja sentimental y artística, no es el caso de pensar que se trate de un trasunto de la explotación de unos por otros sino, más bien, algo autobiográfico con implicaciones relativas a la colaboración, a la distribución de papeles dentro de la pareja y al “cargar por amor”.
Construyendo mi caja… ¿Escapando?. Isidro López-Aparicio, 2011
Isidro López-Aparicio también carga con el peso de su propio trabajo en su obra Construyendo mi caja… ¿Escapando?. En la performance, el artista construye una pesada y engorrosa estructura de madera con forma de jaula que luego transporta sobre sus hombros por las calles de Granada, para terminar en un rincón y debajo de ella. Ya desecha, la jaula-cruz, conformaba una imagen final de refugio precario no muy lejana a la de los sin-techo. Dejando de lado implicaciones autobiográficas y vitales más abarcadoras, y las referencias a la tradición cristiana, me interesa aquí especialmente el hecho de que el artista aparezca cargando con su propia cruz y ese construir para cargar y cargar para construir, otra manera de representa el “cargar por amor” anteriormente mencionado.
Forma de 600 x 57 x 52 cm. construida para ser mantenida perpendicular a la pared. Santiago Sierra, 2001
Cabría analizar obras Santiago Sierra como No, global tour o Los encargados según la iconografía del vehículo sagrado. Si en la obra de Goya los personajes cargan por superstición, en la de Sierra, para quien “el trabajo es una dictadura”, nos encontramos con personajes que, por un salario, soportan el peso de vigas o de paredes, como en Forma de 600 x 57 x 52 cm. construida para ser mantenida perpendicular a la pared. La imagen religiosa es reemplazada por un objeto artístico propio del minimalismo escultórico. Mutatis mutandis, asno por pobre asalariado y objeto religioso por objeto artístico, encontramos en esta relación, según mi opinión, dos de las principales moralejas del trabajo de Sierra que podríamos enunciar como: “qué hipócrita es el mundo del arte que no quiere ver como él mismo descansa sobre la explotación” y “qué idiotas son los que cargan con las obras de arte ufanándose de ello y pretendiendo arrogarse un mérito que no les corresponde”. Apostaría a que los asalariados solo ocupan ese lugar de cargadores en representación de sus empleadores finales, los compradores y coleccionistas de arte. Concluyendo, que si el artista es el asno del rico coleccionista, nos encontramos con dos asnos, uno de los cuales carga con el otro.
Ernesto. María José Machado, 2014
Esta imagen del artista como burro de carga también la podemos encontrar en la performance Ernesto de la serie Advocaciones de la ecuatoriana María José Machado. Es la propia artista la que lleva a cuestas a un trabajador empleado en las labores de carga y descarga en un mercado de Cuenca (Ecuador). A la luz del dicho Asinus portans mysteria, el mediastinus toma el lugar de lo sagrado. Al igual que Sierra, señala la situación de explotación pero mientras para éste el “trabajo es una dictadura”, de la cual saca su propio partido manteniéndose distante a la manera clásica y sin ninguna pretensión de exaltar al trabajador, la inversión de Machado y el hecho de incorporar el trabajo en su propia persona acabarían mitificando la figura del asalariado y asignando al artista un papel redentor un tanto paternalista. Sin embargo, en otra obra de Machado, La piedad, levantamiento de peso muerto, que sigue la famosa escultura de Miguel Ángel, la compasión aparece explícita tomando la artista el papel de la madre de Cristo que sostiene el cuerpo muerto de su Hijo. Esto podría ponernos sobre la pista de que la obra de Machado ha de ser leída más desde el lado de lo piadoso que de lo político.
Hasta qué punto estos artistas se consideren realmente seres del mismo tipo que el asalariado y cuánto de verdadera compasión se halle implícito en sus trabajos no es material de análisis artístico, sin embargo es conveniente señalar que la posición del trabajo del artista, ya sea que éste se sitúe arriba, ya debajo, comporta algunos problemas éticos.